Ayer y ante ayer fui a escalar tras un tiempillo sin tocar la roca, si no hace solito, a mí, cual lagarto, no me motiva nada estar por ahí. La verdad que la experiencia estuvo francamente bien, el martes fue totalmente improvisado, un amigo me dijo de ir a Moya, sitio que aún no había visto y no me lo pensé dos veces, mono, mono, mono jajaja y la verdad que no me arrepiento para nada, me lo pasé francamente bien, me hice un par de vías, disfruté de un rato al aire libre y al solito, el sitio es precioso y conocí a un puñado de personas de lo más variopinta y divertida.
En cuanto ayer, con ganitas de más me animé a una de las quedadas que hace el grupo de montaña en el cual me apuntaron recientemente y la verdad que la acogida fue inmejorable, además de buen ambiente, prima el trabajo bien hecho y los consejos para ir mejorando, cosa que personalmente agradezco bastante, me estuvieron comentando las actividades que hacen, la verdad bastante entretenidas y a las cuales espero poder asistir, por lo demás echamos la tarde en el roco de las Rehoyas, con un solito bastante agradable y buena compañía.
¿Asignatura pendiente?, los nombres, soy un caso para los nombres… pero supongo que con el tiempo… ugg, como puedo tener tan poca memoria.
Por lo demás, para esta entrada no tengo fotos, no llevé la cámara, espero hacerlo para la prox, pero a veces me gustaría tener una de bolsillo aunque la calidad no sea tan buena… ¡mi mochila pesa!.
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