En la actualidad estoy leyendo: La Torre Oscura. Autor: Stephen King

jueves, 3 de junio de 2010

Correr: Nunca empezar algo fue tan j*dido...



Bueno, ya he superado la primera meta que me he propuesto así que creo que ya puedo hablar abiertamente del tema. Dejando de lado un poco el tema de "conciencia social" quiero hablar de una nueva (y espero que duradera) actividad a la que me estoy aficionando, el running o directamente dejándonos de finolismos, a correr.

Si hubiera empezado a escribir el mismo día que me propuse despertarme a las seis de la mañana y salir a trotar, lo más probable es que el primer comentario en este blog habría sido algo así como: "... ¡nunca máis!", pero ahora, tras aproximadamente un mes de constancia tengo una opinión bien distinta.

La verdad es que fue un acto totalmente imprevisto, un día navegando un poco por la red me encontré un blog de un chico que tras un suceso no muy agradable había empezado a correr, aparte de que el texto era bastante ameno, realmente parecía hasta apetecible, unas zapatillas, algo de motivación y unas nociones básicas para empezar con buen pie, así que me dije, ¿por qué no?.

La primera piedra que me encontré en el camino, y hasta ahora la más complicada fue el tema de elegir un buen horario para poder marcar una rutina diaria... ¿yo?, ¿rutina?, ¿constancia?... mal empezábamos, normalmente las cosas las suelo hacer en el momento y ni yo misma se cuando voy a dejar algo de lado para lanzarme al siguiente proyecto, mucho menos me veía repitiendo algo a largo plazo sin acabar desanimada.

Algunas personas recomendaban correr al atardecer, cosa que descarté sobre la marcha por tema de motivación y horario, otras por el contrario (y aún me cuesta creerlo) al mediodía, cosa que ni hablar, el clima aquí no es precisamente "frío" y correr a esas horas posiblemente nos deje más despojo de lo que ya de por si acabaremos. Finalmente me quedaba la mañana y fue un dilema la verdad, pero ahora se que ha sido la mejor opción.

Hago un inciso para comentar lo muuuucho que me encanta dormir, y el madrugar no es una de mis prioridades si hay que hacerlo por amor al arte así que sin tenerlas todas conmigo me acosté poniendo el despertador a las seis y media.

Fue mortal. Me costó una barbaridad llegar a un acuerdo de estado con mi cuerpo y arrastrarme fuera de la cama, me puse el primer pantalón de deporte que pillé, unas zapatillas de dudosa calidad y me fui a la costa, a correr cerquita del mar.

La experiencia en si fue triste, muy triste, recuerdo claramente que para entrar en calor y medir el terreno, el primer largo lo hice caminando y ya por aquel entonces me empezaron a picar las piernas a horrores "por el esfuerzo". La vuelta no fue mucho mejor, no creo haber corrido más de 3 min seguidos a una velocidad bastante ridícula, total, volví a casa con el ánimo por los suelos y pasé el resto del día con un estado algo zombie.

Para la siguiente vez, con un día intermedio de descanso, la cosa mejoró algo, esta vez me propuse olvidarme de correr y centrarme en disfrutar la mañana y aunque parezca mentira dio resultados, el sitio a donde suelo ir a correr empieza en una pequeña calita que es punto de partida de un largo paseo a pie de mar, sin coches ni casas cerca y una vista genial de la salida del sol. Esta vez llevaba las ideas algo más claras y un esquema mental de lo que haría o intentaría hacer.

Teniendo en cuenta que los 45 min de carrera sin descanso estaban totalmente fuera del alcance para mi, decidí gracias a un consejo correr 5 min, caminar 3 y así sucesivamente hasta completar el tiempo. No fue del todo bien pero tampoco fue tan catastrófico como la última vez, así que este plan lo llevé a la práctica en los 3 días a la semana que me había propuesto hacer.

Al poco tiempo (y sorprende realmente el avance) empecé a poner el reloj a las seis, me di cuenta de que el cuerpo "ya esperaba" el momento de despertarme y a veces me sorprendía abriendo los ojos sin rastro de sueño unos minutos antes de que sonara la alarma, también encontré la sutil diferencia de despertarme a las seis y media y a las seis menos algo, no me pregunten como, pero cuanto más tarde más pereza de empezar.

De tres días pasé a cuatro más una tanda de ejercicios diarios de abdominales y piernas, nuevamente buscando por internet me di cuenta que todo no era echarse a correr y que había que seguir unas pautas "extra" para fortalecer el cuerpo y evitar lesiones , el estirar incluso el cuello ya no me pareció una tontería... y el tema del calzado y la ropa se volvió un problema de estado mayor.

Y bueno, de momento lo dejo aquí, no quiero saturar de buenas a primeras y me gustaría ir poco a poco comentando cosas que voy viendo y experimentando, así que ¡buen día!.

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