La receta de la ensaladilla rusa con atún de hoy es para mi mujer, Verónica, que es la persona más importante que tengo en mi vida. Claro, diréis que es mi mujer y que una cosa lleva a la otra. Pero es algo que va más allá. Y que incluso es difícil de explicar con palabras. Ella es mi sustento, la que consigue centrarme cuando se me van los cables de la cabeza y me pierdo, con una simple mirada es capaz de alegrarme el día y cuidado que tenemos unas broncas de impresión.
Es una mujer tan sumamente fuerte que a veces ella no se da cuenta que cualquier cosa que se proponga lo puede hacer realidad. Como madre de Oriol, nuestro peque, y de la futura Alma, nuestra peque, se esfuerza y lucha como nadie. A mí me deja muy atrás, lo que me da por pensar que a veces no soy del todo buen padre como debería serlo. Nada, un pensamiento vacio, porque ella dice que si soy muy buen padre.
Tampoco quiero que se ponga a llorar cuando lea estas pequeñas líneas, pero es muy cierto que para mi ella se las merece porque si en algo fallo como marido es que soy tan poco detallista que a veces me merezco un capón bien dado.
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