Antorchas en la Biblioteca

Interesante ponencia sobre la ley de economía sostenible, de mano de Carlos Sánchez Almeida, en la cual nos expone de forma clara y precisa como está el panorama actual y las alternativas más inmediatas que se deberían de seguir para poder avanzar como sociedad, ante uno de los mayores problemas de censura vividos hasta las fechas.

Mi humilde opinión es que toda palabra recogida en este documento de apenas media hora, es oro. Datos que ya son bien sabidos tales como que el autor de una obra recibe un no más de 6 o 7% de beneficio en ventas pudiéndose ampliar a un 70% siguiendo otros métodos, la hipocresía del estado al ser el mayor impulsor de esta censura social, la comparación muy acertada de internet en la actualidad a las bibliotecas o enciclopedias de antaño y así un largo etc de verdades que por mucho que siempre hemos tenido delante, ahora es cuando empezamos a ver.

Si unas noticias atrás, el corto pero intenso video de Punset dedicándole unas palabras a la ministra de cultura me hicieron poco menos que sonreír ante tanta verdad con tan pocas palabras, este video realmente no dejará a nadie indiferente.

Hay que empezar de una vez a ver las cosas como son, que una prenda de ropa (derecho básico) no puede costar 20 euros y mucho menos parecernos barato cuando más de la mitad del dinero que cuesta es por publicidad, la otra mitad por el concepto “marca” y finalmente un % minúsculo es por calidad, muchas veces dudosa del material, y trabajo de elaboración. Que un coche (muchas veces indispensable en la vida cotidiana) alcance cifras que no descienden de 2 a 3 millones de las antiguas pesetas me parece alarmante, ya que una cantidad abusiva se invierte en publicidad y marcas, y deja al consumidor muchas veces, sumido en una deuda de no menos de 5 años. Que para optar a una vivienda digna hay que hipotecar dos vidas es irrisorio, que nos hayan metido en el cerebro que para disfrutar o poseer lo mejor (y no me refiero a marcas si no a calidad) tenemos que pagar “más” y si no conformarnos con las sobras o restos es, bajo mi punto de vista, totalmente demencial.

Y finalmente y volviendo al tema en cuestión, que nos censuren internet, que nos multen por disfrutar de el y que no tengamos derechos ninguno en un bien que es considerado libre y universal con lo cual debería de ser gratuito y llegar a cualquier lugar es poco menos que sub realista. Muchos, muchísimos disfrutamos por no menos de 50 euros mensuales de una conexión arcaica como para que ahora nos vengan a censurar donde entramos, que publicamos o que nos descargamos para uso y disfrute personal.

En este mundo de locos, ellos deberían avergonzarse por inculcarnos una vida de consumismo y abusos escandalosos y no nosotros por querer difundir cultura y ocio.

Sitio de interés: http://derechoenred.com/